Ya sé que las sorpresas pueden ser positivas o negativas, pero para estas últimas yo me busco otra palabra. Me gusta reservar la palabra SORPRESA para lo agradable, feliz, ilusionante.
S O R P R E S A es una palabra sonora y con una cadencia que te envuelve el corazón, te acaricia el cuerpo y te saca una sonrisa.
Y si es grande la satisfacción del sorprendido, mucho mayor es la de quien sorprende. ¡Qué bonito! poder decir o hacer algo con lo que otra persona se sienta sorprendido.
Pensar, organizar, planear, evitar ser descubierto, ejecutar, compartir…; todo ello te lleva una cantidad de tiempo importante que centras en otra persona, tiempo en el que te sientes feliz porque estás ocupado en dar. Fíjate la próxima vez que sorprendas a alguien como, durante el tiempo previo, “te has sentido genial”.
Por ello cuando te sientas triste, o apenado, busca algo con lo que “sorprender” a otra persona, regálate la oportunidad de sentirte feliz y de camino sacas una sonrisa a alguien.