Qué bonita palabra que se pronuncia de dentro hacia afuera. Se te llena la boca con ella, te dibuja una sonrisa al decirla.
Ser madre es mucho más que dar a luz un ser, pero, es tan difícil como esto primero, y a la vez tan maravilloso.
Amor incondicional es la base de esta relación, aceptar que son vidas propias, con la responsabilidad de acompañar, respetar, manteniendo el rumbo junto a ellas.
Mantener el equilibrio en el DAR, el permitir, el observar, el actuar, el soltar…. ¡qué difícil!
Supongo, que el enorme amor que emana cuando eres madre, es fundamental para que puedas, cada día, volver al punto de partida para conseguir el objetivo de esta palabra, tan llena de significado, de contenido.
En ocasiones, en la vida, es el sentimiento más fuerte que te mantiene en pie, que te da un para qué…y te ata al nuevo día.
En las empresas, tenemos a grandes profesionales expertas en relaciones auténticas, aprovechemos esta experiencia para desarrollar el mejor “liderazgo”. Vamos!!