Esta es una de esas palabras que no siempre sabes si es positiva o negativa, si resta o si suma, si la deseas o la detestas…
Sentir “los colores” de algo, sentir vínculos hacia alguien o algo, engancharte a aquello que siempre te sujeta, es una sensación buscada, agradable y deseada.
Pero cuando esa “relación” limita tus movimientos, te zarandea en tus acciones o te oprime el corazón, entonces es como una losa odiada.
Lo más divertido de esta palabra es que la Pertenencia nadie te la impone o te la exige; eres TÚ quien decides a qué, a quién quieres pertenecer y hasta dónde.
El sentimiento de pertenencia es tuyo, cuídate de esos pensamientos que te hacen pertenecer a lo que no quieres, a quien no quieres, TU ELIGES.
Yo pertenezco a la Vida, a mis hijos, a las buenas personas, a lo que me hace sonreír…