De joven me desesperaba el dicho “todo lo que se siembra se recoge”, tenía la sensación de que la cosecha nunca llegaba, que era mucho el esfuerzo para lo recogido. A veces miraba para atrás y me parecía un “terreno desolado”.
Con el paso del tiempo confirmo plenamente este dicho, y es uno de los FOCOS que me animan a seguir cada día.
No sabemos cuándo, ni cómo, ni dónde, ni con quién, pero la vida te va devolviendo todo lo que has ido sembrando,….sólo te tiene que encontrar preparado y receptivo.
Pasa con los granos buenos y con los granos malos, por eso no te preocupes de venganzas, ni de poner a nadie en su sitio, ni de devolver los golpes, ¡olvídate!, no gastes tu energía en eso, la vida a su momento devolverá lo cosechado.
Sembrar es hacer algo pensando en un objetivo, hacerlo cada día, protegerlo, cuidarlo, mimarlo; una buena actitud es el mejor abono, una sonrisa el mejor manantial para favorecer que el fruto sea el mejor posible.
Si has sembrado has de estar dispuesto a cosechar.