Me encanta llamar así a las personas, en ocasiones, al terminar cualquier frase sin importancia. ¡Buenos días primor!, ¡Estupendo primor! Gracias primor!…
Es una palabra cariñosa, afectiva, simpática, con fuerza, con energía,….
¿Por qué?…¿y por qué no?, es tan sencillo transmitir al otro emociones positivas. En una palabra te digo “que me importas, que eres especial, que destacas y que me alegro de estar contigo”.
A todos nos gusta sentirnos diferentes, especiales, reconocidos, valorados; sumar esta palabra en una frase es, distinguir al otro.
A veces “el otro” no recibe ningún mensaje, lo oye como otra palabra más; pero cuando el otro está en un momento receptivo y al oír esta palabra se le dibuja una sonrisa, le llega energía al corazón y se siente un poquito mejor, es porque ha dejado que a su mente llegue la palabra mágica que le trasmite emoción.
Llevar en el bolsillo unas cuantas palabras como PRIMOR, es como llevar regalitos para repartir con las personas que te vas encontrando, haces que los demás se sientan un poquito mejor y tú con ellos.