A mí me gusta decir que esta palabra es igual que eficaz, pero que le ponemos una T de “tiempo”, para ponerle la guinda.
Trabajar de manera eficiente, hacer algo eficientemente genera una sensación de plenitud y euforia que me encanta.
Ser eficiente no sólo te conecta con el qué, o el cómo, sobretodo te enfoca con el para qué de lo que haces. Ahí es donde está la diferencia.
La mayor parte de las cosas que hacemos no las hacemos eficientemente, sencillamente porque no hemos entendido para qué las tenemos que hacer, y hacemos, hacemos…
Somos, por lo general, personas de acción, por lo tanto en cuanto vemos la oportunidad nos “echamos a la pista” a correr, pero como dice el “entrenador de baloncesto” vamos como “pollos sin cabeza” y el resultado es que nos agotamos, agotamos los recursos y no nos hemos dirigido hacia el objetivo.
Para ser eficiente sólo tienes que conocer la respuesta a la pregunta del para qué hacer, trazar un buen plan, enfocar todo lo que haces y disfrutar!!!