¡Cómo me gusta esta palabra!, ¡cómo necesito esta palabra! Que me la digan, decírmela, decirla…
En una sola palabra estás transmitiendo “ten confianza en lo que haces o vas a hacer”, “sí, es fantástico que vayas a por ello”, “por supuesto, estoy aquí, para acompañarte”.
Es una palabra que te da la mano en una caída, que te da un empujón cuando te paras, que te pasa esa mano por el hombro cuando sientes miedo, que acaricia tu cara cuando cierras los ojos, que te abre la puerta de tus sueños…
Es una de esas palabras que tiene la proporción justa de energía positiva, empatía, humanidad e ilusión.
Para que genere su efecto, por supuesto hay que decirla desde el conocimiento, debe surgir desde el corazón, alinearse con tu cabeza, iluminarse con tu mirada y entonarse con tu voz.
¡Adelante con tu día! ¡Adelante con tu vida!….¡Adelante!!!
Muchas gracias Isabel por esta palabra, que me recuerda que quiero tenerla totalmente integrada como parte de mi existencia, con letras grandes, sin excusas y con la alegría de saber que hay muchos sueños por cumplir!