Definitivamente puedo compartir que SI hay una forma de GESTIONAR y LIDERAR organizaciones de éxito a través de una cultura basada en valores, con procesos ágiles y eficientes, equipos de alto rendimiento y en un entorno de desarrollo personal y profesional que nos acercan a la Felicidad.
Las personas y organizaciones que creen en ello proyectan una misma imagen, se transforman en bonitas esferas que giran a nuestro alrededor.
La METAGESTIÓN® se desarrolla sobre la base de:
> Filosofía LEAN
> Metodología COACH
> Conocimientos de CONSULTORÍA
> Técnicas de CREATIVIDAD
> Contextos de GAMIFICACIÓN
Mi experiencia de más de 20 años en el mundo de empresa, me ha posicionado en lugares donde he comprobado que:
> el CAMBIO no es voluntario, es una necesidad
> el ÉXITO no es sólo llegar, sino cómo llegas
> los MODELOS que sólo afectan a “comportamientos” no transforman las organizaciones.
> el mayor de los RECURSOS no es ni el dinero, ni el tiempo, sino la energía emocional de las personas que integran equipos de trabajo.
Los sistemas de gestión ISO y los modelos de excelencia EFQM son filosóficamente brillantes, se basan en el sentido común y aportan todos los ingredientes necesarios para elevar el nivel de Calidad de una organización. Sin embargo ¿por qué las organizaciones no son capaces de implantarlos adecuadamente? ¿Por qué en épocas turbulentas éstos son los elementos más prescindibles en lugar de ser las palancas de sujeción de las empresas? … ; estas preguntas fueron el origen para abordar un proceso de búsqueda de respuestas que, finalmente, emergieron de mis conocimientos, experiencia, fracasos y logros profesionales y personales, de mi YO más completo.
En ese proceso de búsqueda, un día aprendí la importancia de la visualización de lo que queremos conseguir, y como tenemos tendencia a asociar imágenes que nos representen el sentido de lo que estamos pensando. Así fue como a través de imágenes, en un proceso de visualización, se empiezan a ordenar mis pensamientos, a encajar cada respuesta como si se trataran de piezas de un puzzle y se configura en mi mente el nuevo modelo de gestión.
1.- Cuando yo me iniciaba en el mundo de la gestión, al hablar de organizaciones, tradicionalmente las veía representada como pirámides, asociando esta figura al esquema jerárquico que las definía. En este tipo de organizaciones era muy importante el reparto por niveles de las responsabilidades, la estructura rígida orgánica y la visión que cada uno de los estamentos podían tener de la misma.
2.- Cuando empecé a trabajar en sistemas de aseguramiento de la calidad y a tener en cuenta organizaciones de prestación de servicios, observé como se comenzó a focalizar en el Cliente el rumbo de la organización. Fue entonces cuando surgieron las imágenes de la pirámide invertida para representar la importancia de la orientación de todos los estamentos, hacia el cliente.
3.- Pero fue con el cambio a los Sistemas de Gestión de la Calidad (SGC), y los Modelos de Excelencia (EFQM), cuando se produjo una importante transformación conceptual, y cuando pasamos a la representación gráfica del paralelepípedo (la caja) para la organización; muy influenciado por la importancia que empezó a tomar la gestión por procesos.
La caja nos permitía seccionarla con entradas y salidas, secuenciar las actividades, aplicar la lógica y el análisis a los procesos, aplicar el modelo PDCA. Esta figura nos aportaba poder visualizar:
> Diferentes caras, diferentes perspectivas de una misma organización.
> Estabilidad, avance secuenciado, pausado pero seguro.
> El “todo” se puede descomponer en elementos similares al global (los procesos son igualmente cajas que van asociándose), por lo que todos hablamos el mismo lenguaje y todas las piezas encajan.
> El crecimiento lo hacemos en las 3 dimensiones (clientes, procesos, recursos) para garantizar la estabilidad, y si no es así rápidamente detectamos las imperfecciones.
Había un símil que utilizábamos en la mejora continua que era el del “calzo” que nos mantenía la caja en la pendiente hasta el nuevo impulso: Los SGC eran estos calzos, que con la definición de procedimientos y sistematización “sujetaban” la organización hasta el siguiente avance, al final de un ciclo de mejora continua.
Todo ello ha funcionado muy bien para “ámbitos” que son predecibles, estables, con “pavimentos” más o menos suaves, y con “energía” suficientes para afrontar las “grandes pendientes” del mercado.
El análisis del contexto de los últimos años, la mirada a muchas organizaciones que han desaparecido o están emergiendo, me ha llevado a la conclusión de que hoy tenemos que buscar otra figura geométrica, nuestras cajas son demasiados pesadas, no tenemos fuerza suficiente para empujarlas en la empinada cuesta de la crisis, cuyos calzos quitamos de una patada en cuanto nos entran las prisas y las turbulencias nos desvían por un rumbo que no controlamos.
La búsqueda de nuevos elementos y la experimentación con diferentes modelados, me han llevado a la idea de que es la ESFERA la geometría más adecuada para representar el tipo de organización que hoy tienen ÉXITO.
> Más rápida, con un pequeño empuje avanza mucho más rápidamente, si además va dirigida, la probabilidad de llegar al objetivo es mucho mayor.
> Más ágil, su reenfoque es más rápido ya que sin perder a penas velocidad puede reorientarse en marcha.
> Más visible, sólo con alejarte puedes ver un gran % de la superficie total.
> Más resiliente, ante las adversidades del camino, si lleva el empuje suficiente es capaz de superar los “ baches” e incluso aprovecharlos para tomar más velocidad.
> Más igualitaria, es el conjunto de puntos del espacio que están equidistantes de un punto fijo
Partiendo del convencimiento de que nuestra organización ha de tomar forma de una esfera, la METAGESTIÓN® nos aporta elementos, herramientas de moldeo, pero sobretodo, nos permite generar la necesidad de la transformación y el convencimiento de que este proceso no requiere tanto de recursos, sino de una ACTITUD ante el cambio.
La METAGESTIÓN® requiere compartir dos creencias básicas:
1.- PERSONAS
El núcleo de la organización, como germen de CRECIMIENTO y como unidad mínima a la que se simplifica el TODO es la PERSONA.
Esta unidad de la organización, que es la Persona, está formada por 2 sistemas:
> Yo privado
> Yo público
Ambos sistemas confluyen compartiendo la parte más esencial de la persona que es su IDENTIDAD Y SUS CREENCIAS, las cuales se ponen de manifiesto en sus actitudes y comportamientos.
Es por ello que en la METAGESTIÓN® hay una propiedad, que yo llamo la REGLA DE LOS PARES: “Cualquier proyecto, cualquier cambio ha de ser divisible por 2 hasta la unidad, y toda idea se amplifica uniformemente si la haces múltiplo de 2 hasta la totalidad”.
2. CAMBIO
La esfera implica “movimiento”, éste ha de ser el estado ideal de las personas y de las organizaciones para poder moldearse, por ello la METAGESTIÓN® es aplicable a organizaciones y personas que buscan el cambio, para avanzar o adaptarse.
Todas las herramientas, metodologías, técnicas, actualmente implementadas y desarrolladas en el ámbito de la gestión, serán útiles, prácticas y necesarias para la METAGESTIÓN®, la única diferencia es que:
> No son el objetivo, sino que son elegidas en función del FOCO de la organización
> No son implementadas por tomas de decisión, sino que se desarrollan como consecuencia del compromiso con los objetivos.
Es por ello que la METAGESTIÓN® facilita los procesos de desarrollo a profesionales para retos personales, (definición de marca personal, trabajar “mi mejor versión”, alcanzar logros…) o para retos empresariales (aumentar la eficiencia de equipos de trabajo, agilizar procesos de cambio de la cultura organizacional, adaptación a nuevos modelos de negocio, facilitación de la digitalización,…)
¿Cómo se “esferifica” una organización? ¿Cómo transformamos la caja en esfera?
Los elementos que tenemos que desarrollar, que moldearán nuestra caja para hacerla más rápida, ágil, adaptable y brillante son:
> Foco, que nos proyecte la imagen, que nos oriente hacia el SUEÑO que queramos alcanzar
> Aire que nos haga flotar, una actitud de Cambio que nos mantenga VIVOS y en camino
> Calor que nos permita el modelado, un sentimiento de buenas Relaciones que nos genere ENERGIA para avanzar
> Materia, una Cultura basada en Creencias potenciadores y en valores que mantengan nuestra IDENTIDAD para los momentos de dificultad
Esto me recuerda un libro “El líder que no tenía cargo” de Robin Sharma, que establece en cuatro grandes principios la capacidad que todos tenemos de ser LIDERES, independientemente del rol que desempeñemos en nuestro trabajo o en nuestra vida personal.
1er Principio: No hace falta tener un cargo para ser LÍDER, y asocia el acrónimo IMAGE (IMAGEN).
2º Principio: Las épocas turbulentas crean grandes líderes, y le asocia el acrónimo SPARK (CHISPA).
3er Principio: Cuanto más profundas sean tus relaciones, más fuerte será tu liderazgo y le asocia el acrónimo SERVE (servicial, servir a).
4º Principio: Para ser un gran líder primero hay que ser una gran persona, y lo asocia al acrónimo SHINE (brillar)
El liderazgo en la empresa y en la vida, van de la mano según esta filosofía, y yo lo he comprobado, descubriendo que éstos son precisamente los ingredientes que me faltaban para hilvanar y modelar las organizaciones con las que trabajo para que lleguen ser esas esferas que vayan directas al ÉXITO.
De esta manera cumplimos la “Regla de los Pares” de la METAGESTIÓN®, ya que con los mismos elementos conseguimos que cada persona sea “líder”, por tanto encuentre su éxito personal, a la par que la organización.
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