Recuerdo a mis sobrinos de niños, sentados en el porche en las tardes de verano, riendo con este juego del ¿Quién es Quién?. Entonces, yo no entendía muy bien porqué disfrutaban tanto jugando.
El juego consiste en un tablero para cada jugador con fichas que contienen imágenes de diferentes personajes. Cada jugador toma una carta que oculta y, el otro jugador, tiene que adivinar quién es el personaje de tu carta haciendo preguntas al adversario. En función de las respuestas, vas descartando opciones hasta adivinar el personaje. Gana quien adivina el personaje primero.
Solían empezar con preguntas generalistas, ¿es hombre?…; ¿es rubio?….. No obstante, poco a poco iban descubriendo que había preguntas clave que daban mucha más información; por eso cada vez que mejoraban el tipo de preguntas, lo adivinaban antes. Sí, ese era el aprendizaje, saber qué preguntar para obtener la información más valiosa.
Cuando formas parte de una organización, de un equipo, saber quién es quién es lo que te da la clave del éxito. Porque lanzarnos a tomar decisiones o generar proyectos para un quién generalizado, “los hombres o las mujeres”, “los del departamento de ventas o los de fabricación”, “los jefes o los operarios”, “los Juniors o los Senior”…; es arriesgarnos a fracasar una y otra vez.
Como en este juego, al inicio, comenzamos a conocer a las personas con la información más obvia. De un vistazo empezamos a ubicarlas y, según donde trabajan, ya nos vamos imaginando a qué se dedican; sumando información del tipo sexo, edad, rasgos físicos, comportamientos,…
Hay “jugadores” en las empresas que se quedan a este nivel de información y, a partir de aquí, juzgan, opinan, dan órdenes o se relacionan con el resto de compañeros, pensando que ya saben quién es quién. ¿Te imaginas su grado de acierto?.
Hay “jugadores” que, al menos en su círculo más próximo, saben que requieren de una información más precisa, y llegan ¡incluso! a conocer el nombre de cada compañero, a saber qué hace cada uno cada día, cómo les afecta el trabajo de los demás, cómo se relacionan, cómo reaccionan ante imprevistos,… Es a partir de esta información cuando comienzan a tomar decisiones, opiniones, a relacionarse. ¿Crees que éstos mejoran su grado de acierto? ¿Crees que es suficiente?
En el mundo de las organizaciones, de los equipos, hoy más que nunca, hay que mejorar en el nivel de las preguntas del quién es quién, porque en sus respuestas está la clave del éxito.
No podemos permitirnos lanzar proyectos, propuestas, decisiones, con un bajo grado de probabilidad de acierto. No podemos creer que el juego de quién es quién es sólo para los responsables de selección de personal o responsables de Recursos Humanos. No podemos no sentirnos en la obligación y la responsabilidad de ser los mejores en “este juego” si asumimos el liderazgo de un equipo.
La METAGESTION en uno de sus principios nos orienta en este sentido, cuando nos compromete a aceptar que la Persona es la unidad de la organización, en la que confluyen, tanto en su ámbito público como privado, su IDENTIDAD y sus CREENCIAS. La clave para cualquier proyecto o decisión es la “regla de los pares”, que se fundamenta en el quién es quién de las personas implicadas.
La METAGESTIÓN nos facilita la búsqueda de preguntas clave, con su proceso de esferificación, a través del cual vamos a ir avanzando en los tres ejes “Propósito – Procesos –Personas” en cada movimiento, con cada unidad.
Procesos: qué haces, cómo lo haces, dónde encuentras facilidad o dificultad, cómo te relacionas con el trabajo de los demás, cómo ves al cliente, cuál es tu nivel de exigencia con la calidad,….
Aporta información en relación a ¿Qué haces? ¿Qué sabes hacer? ¿Qué podrías hacer?…
Personas: cómo te sientes con lo que haces, con lo que hacen los demás, con lo que no te dejan o no te atreves a hacer, con lo que podrías hacer, o te gustaría hacer,…
Aporta información del tipo ¿Qué te gusta hacer? ¿Qué te apasionaría ser? ¿Con quién disfrutas trabajando?¿Qué tarea no soportas?
Propósito: qué es lo que te mueve, cuáles son tus principios, tus valores, quién eres, quién te gustaría ser,…
Aporta información relacionada con la identidad personal, que emerge de tus creencias, del tipo ¿Para qué haces? ¿Cuál es tu sueño? ¿Dónde ves tu éxito?
La METAGESTIÓN nos aporta diferentes puntos de giro desde sus cuatro elementos para desarrollar nuestra capacidad de preguntar, de responder, de compartir esta importante información, en equipo:
FOCO: Hablemos de nuestros sueños y nivel de compromiso.
AIRE: Hablemos de nuestros logros y fracasos
CALOR: Hablemos de nuestros miedos y nuestras pasiones.
MATERIA: Hablemos de nuestras capacidades y nuestras limitaciones.
Estas preguntas me llevan a la información individual e inequívoca de saber quién es quién con cada persona que trabajo, a la que procuro que se desarrolle profesional y personalmente, a la que acompaño, apoyo, moldeo, reenfoco,… Esta información es la clave de mi éxito en el juego del liderazgo y gestión de equipos.
- Decir que no tienes tiempo para conocer a tu equipo es no entender bien tu propósito.
- Hablar de “la gente” con propuestas generalistas es no haber sabido encontrar la información clave.
- Obviar los sentimientos, las creencias y los sueños de quienes te acompañan en el viaje hacia el éxito, es olvidarte de “llenar el depósito antes de iniciar la carrera”.
- Pretender que tu equipo no sepa “quién eres tú” es ponerte a jugar sin darle carta al otro jugador.
Mis sobrinos hoy son profesionales de éxito; quizás en aquellas tardes de verano, entre risas y juegos, aprendieron a desarrollar su capacidad de preguntar, a dar valor a la información clave de las personas, a saber procesar ese BigData que como líderes debemos de saber generar y manejar, para mejorar el grado de acierto en nuestras decisiones y propuestas a nuestros equipos.
¿Jugamos al Quién es Quién? Vamos!!