Sentadas delante de un café, comentando la lectura del libro “Metagestión, para hacer realidad tus sueños”, surge la reflexión.
- Isabel, ¡eso es!, hay que bajar a la tierra, traer al día a día las ideas que, a priori, todos compartimos pero que no siempre somos capaces de llevarlas a la práctica.
Muchos somos los que no dudamos en afirmar y defender que el Mundo va de Personas, pero echemos un vistazo a lo que ocurre en el día a día, a ver si nos identificamos con estas realidades:
Vamos a ese bar que nos han recomendado por una comida fantástica, nos acercamos a la primera oportunidad que tenemos desde que nos lo dijeron, y si podemos, arrastramos a esos amigos con los que nos encanta compartir buenos ratos.
Entramos, vemos alguna mesa vacía y a la vista de que nadie viene a ofrecérnosla,…la ocupamos.
Mientras vamos contando a los amigos la buena recomendación del lugar, esperamos. Vemos pasar camarer@s corriendo de un sitio para otro, pensamos ¿“tienen bulla” con sólo unas pocas mesas ocupadas?, y mantenemos la paciencia.
Al cabo de un rato por fin conseguimos que alguien se acerque, pedimos las bebidas y nos dan una carta para que vayamos eligiendo.
Cuando al cabo del “mucho rato” nos traen las bebidas preguntamos por algunas de las propuestas que por el nombre en la carta no terminamos de saber qué es…. “pues no tengo ni idea, ahora pregunto al cocinero”, se va….
Pasado un tiempo viene otro camarero, ya nos olvidamos de preguntar por lo nuevo (no podemos perder la oportunidad de pedir) y nos decantamos por lo conocido.
Esperamos, ¡por fin! Ya nos traen lo que hemos pedido, realmente sí, está delicioso. En esto que el cocinero se nos acerca y nos pregunta por la comida, ¡muy buena!, entonces aprovechamos para averiguar otras propuestas de la carta, ¡oh! Nos hubiera encantado probarlas, pero ya se nos ha hecho muy tarde. Con cara de frustración el cocinero se aleja.
Nosotros volvemos a la caza y captura de un camarero para pedir la cuenta, imposible pagar con datáfono, no consigue hacerlo funcionar, entre todos buscamos dinero y se paga en metálico. Nos vamos!!!
Y yo pienso,
- ¡cuánto se han gastado en decorar tan bonito este bar!, y sí, ha quedado acogedor
- ¡cuánto se han gastado en contratar un buen cocinero!, y sí, sabe hacer su trabajo dentro y fuera de los fogones
- ¡cuánto se han gastado en comprar buena materia prima, y sí, la comida es ¡espectacular!…
Entonces, ¿qué pasó con el resto de procesos del negocio?, por qué no se ha invertido en dimensionar bien el equipo de camareros, por qué no se ha invertido en capacitarlos y sobretodo, en transmitirle el verdadero sentido de su trabajo, que por supuesto no es “distribuir comida y bebida”.
Los negocios van de personas, todos ellos sin excepción, personas clientes que se relacionan con personas empleadas, que son gestionadas por personas empresarias; de esto es de lo que hablamos cuando hacemos referencia a “modelos de organización”, a “equipos de trabajo eficientes” o a “liderazgo para el éxito”.
Sí, aunque oigamos o leamos grandes frases, palabras que apenas llegamos a entender en los libros del management, estamos hablando de:
- Tener claro el FOCO y saber transmitirlo a todos los miembros del equipo (¿este negocio de qué va?)
- Incorporar AIRE en los procesos, que permitan adaptarse al talento de las personas (si cuento con personal junior ¿cómo me aseguro que podrán hacerlo?)
- Desarrollar modelos de relación que generen CALOR para el trabajo en equipo y que se transmita a los clientes. (aunque cada uno se dedique a una responsabilidad diferente ¿ cómo haré para que todos sepan lo que hacen todos, qué se comuniquen entre sí?)
- Entender que nadie será el mejor en los suyo si en su MATERIA no tiene la capacitación adecuada y la visión clara de su objetivo. (ser “excelentes” no va sólo con una parte del equipo, ¿como desarrollo esa actitud en todos?)
Y sí, esto es válido para el Bar del barrio, para el supermercado al que has dejado de ir porque “la dependienta es realmente insoportable”, para la oficina del banco al que intentas no ir por la lentitud de sus empleados de caja, o para la gasolinera que aunque tengas que hacer más kilómetros intentas siempre ir porque te atienden con tanta simpatía que tu inconsciente te lleva a repostar allí.
Y así seguimos comentando casos reales del día a día donde con los cuatros elementos de la Metagestión, Foco – Aire –Calor – Materia, podíamos establecer “acciones para el éxito” muchos más baratas que el coste de unas bonitas instalaciones o de una buena materia prima.
Piensa en los cuatro elementos de la #metagestión, piensa en tu negocio, en tu trabajo, ¿cuál de ellos es el que te diferencia del resto, el que te hace “ser el mejor”?…..;¿cuál es el que puedes trabajar para “diferenciarte”, para ser “el mejor”?…, párate y piensa ¿inviertes realmente en Personas?