Cuando explico el significado de la palabra Metagestión, un Para qué unido siempre a todo lo que hacemos; por lo general las personas suelen asentir, ¡claro!, ¡obvio!, ¡por supuesto!,…y callan.
Sí, es sencillo, obvio y tiene todo el sentido común,…pero entonces, ¿por qué no lo hacemos? ¿Por qué no lo llevamos a cabo en nuestro día a día, en cada acción, en cada toma de decisión?
El otro día oía a responsables de la universidad como estaban incorporando en formación complementaria las “competencias transversales, blandas,…o como se quieran llamar”; el porqué está claro, y es lo que se les está transmitiendo a la comunidad universitaria:
“Porque las empresas están demandando perfiles profesionales que tengan capacidad de comunicación, de negociación, de trabajo en equipo, que sepan liderar, tomar decisiones,….”
Pero pienso que no se les traslada el Para qué, el para qué las empresas requieren de este tipo de profesionales, muchas veces porque ni desde el ámbito universitario, ni desde las propias empresas demandantes se pararon en el Para qué.
Las empresas en la actualidad se encuentran en grandes procesos de transformación, las nuevas tecnologías, los nuevos modelos de negocio, la internalización, las nuevas formas de venta y de relación, el big data,…son impactos frontales a los que las organizaciones tienen que reaccionar, adaptándose, seleccionando y desarrollando estrategias para generar los cambios oportunos que las hagan avanzar hacia sus objetivos, de manera eficiente, competitiva, rentable.
Las empresas, para todos estos cambios están siendo conscientes de que no basta con la adquisición de recursos técnicos, ni tan siquiera de contratación de personal experto o especializado; este tipo de cambios han de involucrar a toda la organización, son como decimos “procesos de transformación”.
Es por ello, que hoy, más que nunca, las PERSONAS se han convertido en el centro de las organizaciones, y no de manera “colectiva” sino de forma individualizada.
Los procesos de transformación requieren que todas y cada una de las personas que forman parte de sus equipos, tomen la decisión de cambiar, y que esa decisión sea voluntaria para que lleve asociada la implicación y responsabilidad que todo proceso de cambio requiere.
Un proceso de transformación requiere de una poderosa red que conecte personas que hablen el mismo idioma en cuanto a que todas sepan hacia dónde van, cómo han de actuar, como han de decidir, relacionarse…
Hoy en día las empresas no requieren de perfiles técnicos concretos, específicos, individualizados, requieren de personas con capacidad de aprender, de desaprender, de relacionarse, de implicarse, de caerse y de levantarse,…para que puedan seguir el movimiento de adaptación y transformación que la propia organización requiere.
Realmente las empresas no requieren que sepas de negociación, trabajo en equipo, comunicación,……; porque saber de todo ello no les aporta lo que realmente necesitan. Lo que requieren es que te desarrolles en todas estas capacidades, para que encuentres tu propia capacidad de transformación, de adaptabilidad, esa plasticidad que les asegure que incorporan una persona para la que el Cambio es una Actitud y que cuya capacidad de relación con las otras personas sea la clave para que ese “todo” llamado empresa, avance hacia sus objetivos.
La diferencia de hacer cosas para dar respuesta a un Porqué, es que como considerar suficiente el hacer “cursos” que nos aportan renglones a un CV. Mientras que si entendemos e interiorizamos el Para qué, somos conscientes de que ésto no es suficiente, y además de cursos, seguiremos trabajando nuestro proceso de transformación, lo que nos llevará a convertirnos en esos grandes profesionales, que llevarán al éxito a las organizaciones para las que trabajemos.
Los porqués te llevan a hacer, los paraqué te llevan a entender, interiorizar, decidir y desarrollarte. #metagestión