En la página 150 de libro “Metagestión, para hacer realidad tus sueños”, comento mi primera experiencia con un ERTE. En aquella ocasión yo no era dueña de la empresa, pero si me sentía responsable de un nutrido grupo de personas con las que había construido “mi equipo” y ahora tenía que reducirlo.
Ese fue un ERTE diferente al que muchos de vosotros estáis llevando a cabo en estos momentos, porque entonces podía ser progresivo, y ahora, sin embargo, es de un impacto brutal; aunque también es cierto que aquel llevó a la desaparición de la empresa y ahora, muchos de los que se inician, estoy segura serán “temporales” como bien apunta su nombre.
Creo que ahora muchos de vosotros entendéis más que nunca, la importancia que tiene hablar de un ERTE en un capítulo dedicado a “Estimar y cuidar”.
Y es desde este sentimiento de frustración, dolor y tristeza compartido, como el que genera este tipo de decisiones, cuando me permito dirigirme a ti, con la mayor empatía posible , para proponerte 3 acciones que a mí me sirvieron para empezar de nuevo:
1º Piensa, si las decisiones que tomas y el modo en el que las llevas a cabo parten de un sentimiento de “estimar y cuidar a tu gente”; si es así, deja fuera el sentimiento de “culpabilidad”, no somos responsables de todo lo que sucede y, ¡libérate!
2º Piensa cuantas veces querías hacer “cambios” en las formas de trabajo, en el modelo de gestionar a tu equipo, en tu idea de negocio, …, y el día a día, la carga de producción o las fechas de servicio o entrega de clientes te impedía parar para reorganizar; si es así, deshecha el sentimiento de “rechazo total” a esta parada forzosa, deja de preguntarte ¿por qué …? Y pasa a la pregunta ¿para qué…? ¡ponte en pie!
3º Piensa si cuando vuelva todo a arrancar, de nuevo quieres hacer igual que cuando iniciaste la actividad la primera vez, y poco a poco fuiste creciendo y ampliando el equipo; o si con la experiencia que tienes y los nuevos tiempos que se avecinan crees que puedes “hacer diferente”, si tienes dentro de ti una nueva “propuesta de valor” para compartir; si es así, coloca una sonrisa en tu rostro, vuelve a la casilla de salida y ¡vamos!
Sólo cuando te sientes liberado de las emociones negativas de los días de incertidumbre y de tus propias decisiones que, inevitablemente has de tomar, conseguirás ver la oportunidad en este momento de cambio (más bien de tsunami), y sólo entonces tendrá sentido y eficacia a lo que dediques tú tiempo ahora.
Sólo entonces será el momento de leer, de estudiar, de pensar, de diseñar, de trazar tu plan de acción,… pero ¡cuidado! si intentamos trazar un plan a “futuro”, puedes volver a la frustración, porque no sabemos situarlo, porque no tenemos datos para proyectarlo, así que mejor es centrarse en un plan de acción para el presente inmediato:
- Centrarse en los temas urgentes dentro de tu ámbito de responsabilidad, que serán cambiantes cada día. Hoy me propongo conseguir….
- Hemos aprendido que todo cambia de un día para otro, por lo tanto, en tiempos de incertidumbre ser eficiente es tener la capacidad de adaptación de forma ágil; por ello es más importante garantizar un proceso ágil de comunicación que diseñar un buen plan de estratégico. Hoy que información selecciono, preparo y difundo para mi organización…
- Ser un facilitador para tu equipo (tanto para los que están trabajando ahora, como los que no), dándole un lugar preferente al estado de salud y necesidades básicas. No es el momento de hablar “sólo” del trabajo, más que nunca hemos de empatizar con la realidad de cada colaborador; pero siempre empezando por ti (preguntándote a ti mismo cómo te sientes cada día, y escuchándote). Hoy me me relaciono con...
- Encontrar tu nuevo “cuadro de mando”, porque evaluar los resultados con parámetros del pasado nos va a “despistar”. Los indicadores de ayer hoy no sirven, si hay variables nuevas, los resultados se ven afectados. Probemos nuevos indicadores que nos sirvan para medir hitos, metas de avance reales y, sobre ellos, evalúa cada día. Hoy valoro el logro…. y lo celebro.
Y si hoy no consigues centrarte, no sientes el ánimo o la capacidad de hacer…, tómate un “tiempo de descanso”, salte de los grupos de whatsapp, corta la televisión, filtra las fuentes de información negativa. Es la parte positiva de este letargo, te permite dedicar tiempo a hacer “otras tareas”, ejercicio, escuchar música, ordenar la biblioteca o reordenar los archivos de tu disco duro,….ni te imaginas la capacidad que tienen “las tareas rutinarias” de ayudarnos a centrarnos en el aquí y ahora.
Si miras hacia atrás con nostalgia sentirás tristeza, si miras al futuro con incertidumbre sentirás ansiedad, y tú presente quedará vacío.
Mira al pasado para buscar aprendizajes, mira al futuro para buscar oportunidades, y tu presente lo llenarás con acciones que te harán sentir “feliz de estar vivo”.
El plan de acción para el futuro,….ese, hoy, no ha lugar.
Foto realizada por María Espinosa www.espinosa.com, una fotógrafa que retrata sentimientos de forma magistral.