17 octubre, 2017 Isabel_MG

Metagestión & juego de la Comba

¿Recuerdas el juego de la Comba? sí, ese que “sobretodo” jugábamos las chicas, con una cuerda, en el “recreo”. Dos personas cogían ambos extremos  y la hacían girar haciendo circunferencias, el resto nos colocábamos en fila y el objetivo era entrar en el espacio de la cuerda, saltando al ritmo de la misma para que no se parara. Entrabas, estabas un rato, salías o entraba otra persona…

Para jugar bien a este juego, era importante observar el entorno, saber aprovechar el momento para entrar y para salir, acoplarte bien al ritmo de las personas que promovían el movimiento de la cuerda, y al resto de personas que entraban o salían a la vez que tú.

Es un juego donde la clave está en tu habilidad de detectar el “biorritmo” de ese ecosistema generado alrededor de la cuerda.

Las personas, en cualquier momento de nuestra vida, nos movemos, pensamos, sentimos de forma cíclica. Afectados por el impacto de todo lo que nos rodea pasamos por fase de euforia o tristeza, ilusión o desánimo, energía o latencia,…..Hay personas que sus ciclos son rápidos y continuos, hay personas, a las que llamamos “estables emocionalmente”, que sus ciclos son más espaciados; pero todos y cada uno de nosotros tenemos un biorritmo de subidas y bajadas.

Las organizaciones, a lo largo de su proceso de creación, crecimiento, consolidación…., igualmente atraviesan fases de aceleración o parálisis, de innovación o mantenimiento, de éxito o crisis,…Hay organizaciones que bien por su volumen, por su  juventud o sector, generan ciclos rápidos y continuos, y otras, normalmente llamadas “organizaciones consolidadas” cuyos ciclos son más amplios en espacio y tiempo. Pero todas tienen un biorritmo de subidas y bajadas.

La capacidad que tengamos de acoplar los biorritmos de las personas con los de la organización, será lo que nos hará ganar o perder en este “juego de la comba”.

Desde las organizaciones, tenemos que asegurarnos que las personas que manejan el movimiento de la cuerda, estén concentradas y pendientes de los agentes externos e internos para tomar decisiones, de manera sincronizada, en cada momento.  Tenemos que asegurarnos que, el tamaño de la cuerda se ajusta a la cantidad de gente que está saltando,  que su parábola se ajusta a la altura de éstas.

Cada uno de nosotros tenemos que asegurarnos de acoplar nuestro ciclo  de salto al ritmo de esa cuerda, respetando a los que están dentro y liderando la aceleración o desaceleración del salto de manera sincronizada con el resto.

Un líder es aquél que sabe adecuar el ritmo en cada momento, un equipo es aquel que sabe marcar el ritmo del salto y saltar como si fueran uno, un buen clima laboral es aquel que sincroniza movimientos y mantiene la concentración durante el salto….

Ahora recuerdo que, en ocasiones, cuando no había personas suficientes, uno de los extremos de la cuerda la atábamos a un póster, farola o punto fijo, y el movimiento lo generaba una sola persona desde el otro extremo.  Cuando saltabas así, notabas que era mucho más fácil entrar y salir por donde estaba la persona sujetando el extremo que por el lado del punto fijo. Que el esfuerzo que había que hacer para generar el movimiento era mayor para esa persona y por tanto tenía menos capacidad de regulación.  Que requería mayor concentración y habilidad de los saltadores para corregir los saltos y evitar caídas.

En nuestras organizaciones, aquellas que desarrollan procedimientos fijos, rígidos, sin capacidad de adaptación, también generan un mayor esfuerzo, riesgo y agotamiento para los que trabajan en ellas.

Acoplar tu vida personal y profesional, acoplar tus objetivos profesionales con los estratégicos de tu organización, acoplar tus necesidades y expectativas con las de tu equipo, acoplar el momento de desarrollo de tu empresa con los cambios del mercado,….¡madre mía cuántos saltos!¡y la cuerda no debe parar!, y ¡si tú no saltas, salta el siguiente de la cola!….

La Metagestión aporta Foco al líder para adecuar el ritmo en cada momento, aporta Calor al equipo para ajustarse al ritmo del salto y saltar como si fueran uno, aporta Aire al clima laboral para sincronizar movimientos y mantener la concentración durante el salto, aporta plasticidad a la Materia de  cada saltador para mantener su forma esférica en cada salto, aprovechando  la energía del impulso. Con la Metagestión acoplamos biorritmos y disfrutamos jugando a la “Comba”.

¿Y tú, cómo saltas? ¿Cómo eres de bueno con la cuerda? Vamos!!

 

 

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