Aprendizajes con mi amigo, compañero y socio Roberto, en su Txoko.
Me enseñaste al entrar en tu txoko, en el casco viejo de Bilbao, que la igualdad entre hombres y mujeres radica en los valores de las personas y nuestra capacidad para respetar al otro.
Me enseñaste con tu mandil siempre puesto, que el servir es el trabajo más gratificante para uno mismo, que la humildad es lo que te hace grande.
Me enseñaste mientras hacíamos la compra el equilibrio a la hora de decidir, la importancia de conocer los productos, el no escatimar en esfuerzo para conseguir lo que quieres, el saber disfrutar de todo tipo de tareas, (pasear contigo con un carrito de la compra, cayéndonos la lluvia fina sobre la cara, sin dejar de conversar, puede ser hoy para mí uno de mis mejores momentazos).
Me enseñaste cada vez que alzabas tu copa, cómo ser agradecido a la vida, compartiendo el aquí y ahora con las personas que tienes cerca, haciendo que el que está a tu lado se sienta feliz.
Me enseñaste que asumir el liderazgo en un equipo no va de ser el que más habla, el que más determina,…va de sentarse al frente de la mesa, entre todos, escuchar primero y opinar desde el respeto y el convencimiento, ofreciéndote a dar el primer paso, sin escurrir el bulto, sin delegar responsabilidades.
Me enseñaste el valor de los detalles, cuando apareciste con una bandeja con los dulces que más nos gustaban a cada uno, demostrándonos que nos conocías y nos aceptabas cómo éramos, tan diferentes todos.
Me enseñaste cuando te saludaban las personas que entraban al txoko, como una persona puede hablar en sintonía con varias frecuencias, la de los mayores, la de los colegas, la de los jóvenes,…a todos dibujabas una sonrisa cuando les hablabas.
Me enseñaste cuando rellenaste el registro de gastos, como una sociedad se crea desde la confianza, el pilar más sólido para el desarrollo de las relacionas humanas.
Me enseñabas tanto cada vez que estaba contigo, como si supieras que íbamos a tener poco tiempo, sólo espero recordar siempre todo lo que me enseñaste amigo, y por eso lo escribo y escribiré.
Si la vida de una persona se mide por el legado que deja, la tuya Roberto ha sido grandiosa, trabajar contigo ha sido maravilloso, pero aprender contigo ha sido el mejor regalo. Gracias!!!
La metagestión tiene sentido por personas como tú, y por ello dentro de este sin sentido que es el haberte perdido de repente y para siempre, existe un Para qué para todos los que te conocimos que es ponernos tu delantal y seguir sirviendo nosotros la mesa.
Mi querido Roberto, siempre juntos, Vamos!!!
Qué bonitas palabras!